domingo, 18 de marzo de 2012

¡Al rico suelo!

Estoy confusa: cualquier libro de cultivos que abra, me habla de rotación de cultivos, composición del suelo, ph, compostaje, biodiversidad, asociación de cultivos y un largo etc. ¿Pero cómo respetar todo esto en un maceto huerto?
Es complicado pero no imposible. Lo primero, hay que centrarse en 2 o 3 puntos importantes y aplicarlo como buenamente podamos.

En mi caso, el año pasado me centré sobretodo en el tamaño de las macetas respecto a las plantas, la luz y las asociaciones... los resultados no fueron excesivamente buenos (descuidé un poco el riego y aboné todo con el mismo material).
Este año voy a centrarme además en el tamaño de las macetas, en el riego, las asociaciones y la composición del suelo, aplicando algo de rotación de cultivos... por el sol poco puedo hacer...

Aquí van algunos puntos importantes que he podido recopilar durante mi investigación:


1.- El primer truco para aprovechar la tierra de otros años (sin gastarnos una pasta en tierra nueva) es la ROTACIÓN DE CULTIVOS con un refuerzo de abono específico, basándonos en el consumo de nutrientes de cada familia de plantas.
Para ello, la teoría dice que tras un cultivo de frutos, debemos plantar raíces y/o bulbos, después plantas de hojas para terminar con leguminosas o abono verde para reabastecer la tierra y no repetir el mismo cultivo en la misma maceta al menos en 4 años. Que conste que también he leído justo lo contrario, empezar con leguminosas, pasar a las hojas, luego a las raíces para terminar con los frutos, pero no creo que nos sirva si queremos una producción generosa de frutos.

En fin, sé por experiencia propia que este tema es un poco lioso, entre nombres y demás, así que he creado esta imagen de conjunto para visualizarlo mejor. La flecha debe leerse como "lo siguiente a plantar es". He añadido los nombres de las familias puesto que en las imágenes no están todos los frutos (he puesto lo más comunes en macetohuerto).

> Año 1
Solanaceas: tomate, pimiento, berenjena, patata
> Año 2
Umbeliferas (apiáceas): zanahoria, rábano, perejil, eneldo, apio
y Liliaceas: cebolla, ajo, cebollino
> Año 3
Compuestas: lechuga, girasol, manzanilla, tagete
Quenopodiáceas: acelga, espinaca, remolacha
y Curcubitaceas: pepino, calabacín, calabaza, melón, sandía
>Año 4
Leguminosas: judía, habas, guisante, trébol
y Crucíferas: coles, coliflor, mostaza, nabo


Y ahora es cuando hacemos la pregunta del millón: ¿Cómo se hace esto en un maceto huerto?
Ya que el número de macetas es limitado y sobretodo dependemos de su tamaño, en lugar de rotar las plantas de maceta, lo que yo hago es cambiar la tierra de unas macetas a otras.
Así, además, aprovecho para abonar o añadir perlita, airear la tierra, limpiar las macetas y comprobar el drenaje del fondo.



2.- Sobre ABONOS y demás enriquecedores de suelo se puede leer largo y tendido y podemos llegar a no enterarnos de nada en absoluto o hacernos unos expertos en suelos... afortunadamente yo me he quedado en un término medio (aún con mis dudas y eso).
Algo muy importante en lo que fijarse a la hora de adquirir un abono es su composición "NPK" (Nitrógeno, Fósforo y Potasio). Y hay que tener muy en cuenta que con un sólo abono NO podremos alimentar a todas las plantas, pues no todas necesitan lo mismo.
Para usarlos, hay que tener en cuenta el uso específico de cada componente:

> Nitrógeno (N): para el crecimiento de las hojas y tallos verdes. Lo puedes encontrar como cuerno triturado y sangre seca. Necesario para: acelgas, espinacas, perejil, lechugas, etc.

> Fósforo (P): para producir más flores y semillas. Una producción abundante de flores dará una producción abundante de frutos. Lo puedes encontrar formando parte de abonos para hortalizas. Necesario para judías, tomates, etc.

> Potasio (K): para el crecimiento de las raíces y la calidad de los frutos. Lo puedes encontrar formando parte de abonos para hortalizas. Necesario para zanahorias, rabanitos, tomates, pimientos, etc.

> Humus: en algunos paquetes pone la composición, pero yo este año lo he usado sistemáticamente para mejorar el sustrato de todas las macetas (la cebolla y el ajo parecen haberse reanimado tras el aporte).

Hay que dar por hecho que una maceta cultivada el año anterior, tendrá la tierra agotada en ciertos nutrientes según la planta que vivió allí. Por lo tanto hay que abonar en consecuencia para dejar preparada la tierra para el nuevo cultivo (que en ningún caso debe ser el mismo que el año pasado).

Así que teniendo en cuenta los dos puntos anteriores, más la planificación de lo que quiero sembrar y dónde (ya que mi planificación ha cambiado radicalmente de la que expuse este año en el blog), he ido trabajando en cada maceta, una a una, vaciando, enriqueciendo con humus, añadiendo vermicullina (para airear y mejorar el drenaje) donde hacía falta y aportando NPK según el cultivo.

Un consejo de andar por casa: si usas una bolsa para el trasvase comprueba que no tenga agujeros  >_<  o lo pondrás todo perdido de tierra... como yo.

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